El presidium. Interviene María Antonieta Zapata, Súmate-Lara
José Angel Ocanto al pronunciar su discurso
Palabras
de José Ángel Ocanto
en acto en apoyo a RCVT
Domingo, 22 de abril de 2007
Colegio Nacional de Periodistas, seccional Lara.
Si definitivamente el lunes 28 de mayo, Día de Lara, por cierto, el régimen cumple su amago de cortar de un manotazo las transmisiones de Radio Caracas Televisión, el poder se habrá anotado un triunfo con vestigios y agitación de tragedia, que, como es factible percibirlo ya, dejará en la boca del autócrata un amargo y persistente sabor a derrota.
Tragedia para el régimen, sí, porque será una victoria insostenible, desastrosa, con inmensas bajas en el bando de las libertades públicas, y de los derechos humanos, por supuesto, pero también entre las columnas y los lujosos pertrechos del poderoso, que tanto temor habrá de revelar ese día sin gloria ante el fuego cruzado de la opinión distinta y el debate abierto de las ideas, ¡de todas las ideas!
Tal conquista, así dada, no será más que la grosera demostración de fuerza del que somete; apenas podrá asentarse en lo formal como un acto administrativo sin apelación posible por parte de quien mantiene secuestradas todas las instancias jurisdiccionales, y, veamos en este instante, ¿cómo festejar eso?
¿Cómo soltar el alegre redoble de los tambores cuando el héroe queda retratado, otra vez, en su oculta pose de espanto, en su torpe inadaptación a la crítica y al disenso propios de la vida en democracia, en su autocrática e irremediable incapacidad para aceptar manifestaciones distintas a la adulación provocada y al aplauso comprado?
Cerrar un medio de comunicación social proyectará ante el mundo, y en la conciencia de cada venezolano (75% condena el sanguinario zarpazo), un sombrío e incivil laurel de intolerancia en la frente del jefe del partido único, discutido en lo interno, justamente en estos días, como para agregar inoportunas desgracias, por aliados a quienes, ¿qué otra cosa pudiera hacer él?, ya ha dirigido su gruesa y sabida ración de amenazas e insultos televisados. “Democracia protagónica y participativa”. ¿Dónde leímos eso? ¿No se han apresurado a borrar el desvarío de esa premisa, los autores de cinismo tan monumental?
Y será una derrota el apagón de RCTV, decíamos al principio, puesto que a partir del 28 de mayo, fecha que la revolución lanza para la simbología histórica e histérica, al igual que la de torcerle el cuello al distraído caballo del Escudo, justo desde ese día ya no podrán admitirse los eufemismos, las meras ambigüedades, los juegos de palabras como aquel según el cual en el país no hay presos políticos sino políticos presos. ¡Argumento bastardo, depravado, por donde quiera que se le mire!
El 28 de mayo el poder confesará que no bastaron las cadenas con la imagen que repiten todas las pantallas y con la voz que corean todas las radios, a cualquier hora, por causa de cualquier pretexto, o sin pretexto, que al régimen no le hace falta. ¿Acaso no lo llamó “Dios todopoderoso” un ramplón gobernador vecino?
El 28 de mayo dejará expresa constancia de que no bastó todo el invasivo, abusivo y contaminante pregón de las vallas, ¿cuánto cuestan?, que plagan las autopistas, avenidas, calles, oficinas públicas, y hasta las escuelas y los apartados cementerios de la nación.
No fue suficiente la enorme red de medios oficialistas, que ya sobrepasan las 20 televisoras, incluyendo cuatro con cobertura nacional e internacional, dotadas de 45 repetidoras; y 145 estaciones de radio (sólo Radio Nacional de Venezuela dispone de 11 repetidoras en AM y 32 en FM), con su abanico de abundantes comunitarias, entre comillas, de radio y televisión; junto a 72 periódicos en igual categoría: la de una especie de uniforme franquicia doctrinaria; y, encima, los innumerables sitios web del gobierno o a su servicio, fenómeno que corre paralelo al adormecimiento mediante burundanga revolucionaria de la televisión por cable, cuyas frecuencias están siendo reducidas, todo lo cual, en suma, concreta la “hegemonía comunicacional” pregonada por el presidente de Telesur, Andrés Izarra.
¿Contamos también en ese inabarcable sistema propagandístico las plantas televisoras que ayer nada más figuraban entre los 4 jinetes del Apocalipsis, y que hoy, palabras presidenciales por delante, han dado muestras de querer adaptarse, trasmitiendo el silencio, el ocultamiento, plegándose a la autocensura, y mirando hacia otro lado de esta tribulación colectiva que asumen ajena, con la servicial desaparición escalonada de sus espacios de opinión y de los noticieros a lo largo de todo el día? Patética muestra del formato de farsa y desinformación que el gobierno pretende imponer.
No bastó, al fin de cuentas, tan descomunal, militarizado y aparatoso engranaje. Al motor le siguen faltando tuercas y potencias, como que ahora no le sirve ya la mejor Constitución del mundo, la más avanzada. Le agrega usted el Canal Metropolitano de Televisión (CMT), comprado por 60 millardos de bolívares, y anota también ahí mismo la “toma” de la “estratégica” Cantv, y nada de eso fue suficiente. 200 mil millones de bolívares gastados solamente en el año 2006 para sostener esa plataforma de propaganda oficial, no bastaron.
Hacía falta más. Nueve años después, será preciso acallar, romper el gran espejo que devuelve la imagen y las voces indeseadas, en razón de plurales. Lo harán esta vez a plena luz del día, ya sin pasamontañas. La cámara en su último momento los captará en su asalto para las memorias de la infamia.
“Así que vayan apagando los equipos”, gritó el déspota, enfundado en su uniforme de combate.
No es casual que la emprenda contra la señal televisiva con mayor tradición, arraigo y penetración en Venezuela.
Por “golpistas”, rechina él.
¿Por “golpistas”, dice usted? ¿Habla de intentonas y de sedición usted, precisamente usted? ¡Qué desfachatez! Por ahora, y por siempre, la verdad se empeña en desmentirlo, así chille en su trono usurpado. Usted encasqueta boinas, pero no programa los cerebros. El poder circunstancial le concede a usted la facultad de borrar episodios, pero no volteará la historia, ni la reescribirá. Su trastornada manía de infundir temor es percibida por la intuición popular, como la evidencia más irrebatible de la desconfianza que esconde. De tanto sembrar odio, olvidó la ternura de regar el cariño que tantos depositaron a sus pies. Por último, usted podrá apagar la pantalla, pero en sus zurdas manos no tendrá el control.
Ahora, y después del 28 de mayo, si usted no rectifica, quedará corroborada aquella cauta expresión de Antonio Machado, el sevillano de exquisita prosa, según la cual la verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés.
Gracias.
de José Ángel Ocanto
en acto en apoyo a RCVT
Domingo, 22 de abril de 2007
Colegio Nacional de Periodistas, seccional Lara.
Si definitivamente el lunes 28 de mayo, Día de Lara, por cierto, el régimen cumple su amago de cortar de un manotazo las transmisiones de Radio Caracas Televisión, el poder se habrá anotado un triunfo con vestigios y agitación de tragedia, que, como es factible percibirlo ya, dejará en la boca del autócrata un amargo y persistente sabor a derrota.
Tragedia para el régimen, sí, porque será una victoria insostenible, desastrosa, con inmensas bajas en el bando de las libertades públicas, y de los derechos humanos, por supuesto, pero también entre las columnas y los lujosos pertrechos del poderoso, que tanto temor habrá de revelar ese día sin gloria ante el fuego cruzado de la opinión distinta y el debate abierto de las ideas, ¡de todas las ideas!
Tal conquista, así dada, no será más que la grosera demostración de fuerza del que somete; apenas podrá asentarse en lo formal como un acto administrativo sin apelación posible por parte de quien mantiene secuestradas todas las instancias jurisdiccionales, y, veamos en este instante, ¿cómo festejar eso?
¿Cómo soltar el alegre redoble de los tambores cuando el héroe queda retratado, otra vez, en su oculta pose de espanto, en su torpe inadaptación a la crítica y al disenso propios de la vida en democracia, en su autocrática e irremediable incapacidad para aceptar manifestaciones distintas a la adulación provocada y al aplauso comprado?
Cerrar un medio de comunicación social proyectará ante el mundo, y en la conciencia de cada venezolano (75% condena el sanguinario zarpazo), un sombrío e incivil laurel de intolerancia en la frente del jefe del partido único, discutido en lo interno, justamente en estos días, como para agregar inoportunas desgracias, por aliados a quienes, ¿qué otra cosa pudiera hacer él?, ya ha dirigido su gruesa y sabida ración de amenazas e insultos televisados. “Democracia protagónica y participativa”. ¿Dónde leímos eso? ¿No se han apresurado a borrar el desvarío de esa premisa, los autores de cinismo tan monumental?
Y será una derrota el apagón de RCTV, decíamos al principio, puesto que a partir del 28 de mayo, fecha que la revolución lanza para la simbología histórica e histérica, al igual que la de torcerle el cuello al distraído caballo del Escudo, justo desde ese día ya no podrán admitirse los eufemismos, las meras ambigüedades, los juegos de palabras como aquel según el cual en el país no hay presos políticos sino políticos presos. ¡Argumento bastardo, depravado, por donde quiera que se le mire!
El 28 de mayo el poder confesará que no bastaron las cadenas con la imagen que repiten todas las pantallas y con la voz que corean todas las radios, a cualquier hora, por causa de cualquier pretexto, o sin pretexto, que al régimen no le hace falta. ¿Acaso no lo llamó “Dios todopoderoso” un ramplón gobernador vecino?
El 28 de mayo dejará expresa constancia de que no bastó todo el invasivo, abusivo y contaminante pregón de las vallas, ¿cuánto cuestan?, que plagan las autopistas, avenidas, calles, oficinas públicas, y hasta las escuelas y los apartados cementerios de la nación.
No fue suficiente la enorme red de medios oficialistas, que ya sobrepasan las 20 televisoras, incluyendo cuatro con cobertura nacional e internacional, dotadas de 45 repetidoras; y 145 estaciones de radio (sólo Radio Nacional de Venezuela dispone de 11 repetidoras en AM y 32 en FM), con su abanico de abundantes comunitarias, entre comillas, de radio y televisión; junto a 72 periódicos en igual categoría: la de una especie de uniforme franquicia doctrinaria; y, encima, los innumerables sitios web del gobierno o a su servicio, fenómeno que corre paralelo al adormecimiento mediante burundanga revolucionaria de la televisión por cable, cuyas frecuencias están siendo reducidas, todo lo cual, en suma, concreta la “hegemonía comunicacional” pregonada por el presidente de Telesur, Andrés Izarra.
¿Contamos también en ese inabarcable sistema propagandístico las plantas televisoras que ayer nada más figuraban entre los 4 jinetes del Apocalipsis, y que hoy, palabras presidenciales por delante, han dado muestras de querer adaptarse, trasmitiendo el silencio, el ocultamiento, plegándose a la autocensura, y mirando hacia otro lado de esta tribulación colectiva que asumen ajena, con la servicial desaparición escalonada de sus espacios de opinión y de los noticieros a lo largo de todo el día? Patética muestra del formato de farsa y desinformación que el gobierno pretende imponer.
No bastó, al fin de cuentas, tan descomunal, militarizado y aparatoso engranaje. Al motor le siguen faltando tuercas y potencias, como que ahora no le sirve ya la mejor Constitución del mundo, la más avanzada. Le agrega usted el Canal Metropolitano de Televisión (CMT), comprado por 60 millardos de bolívares, y anota también ahí mismo la “toma” de la “estratégica” Cantv, y nada de eso fue suficiente. 200 mil millones de bolívares gastados solamente en el año 2006 para sostener esa plataforma de propaganda oficial, no bastaron.
Hacía falta más. Nueve años después, será preciso acallar, romper el gran espejo que devuelve la imagen y las voces indeseadas, en razón de plurales. Lo harán esta vez a plena luz del día, ya sin pasamontañas. La cámara en su último momento los captará en su asalto para las memorias de la infamia.
“Así que vayan apagando los equipos”, gritó el déspota, enfundado en su uniforme de combate.
No es casual que la emprenda contra la señal televisiva con mayor tradición, arraigo y penetración en Venezuela.
Por “golpistas”, rechina él.
¿Por “golpistas”, dice usted? ¿Habla de intentonas y de sedición usted, precisamente usted? ¡Qué desfachatez! Por ahora, y por siempre, la verdad se empeña en desmentirlo, así chille en su trono usurpado. Usted encasqueta boinas, pero no programa los cerebros. El poder circunstancial le concede a usted la facultad de borrar episodios, pero no volteará la historia, ni la reescribirá. Su trastornada manía de infundir temor es percibida por la intuición popular, como la evidencia más irrebatible de la desconfianza que esconde. De tanto sembrar odio, olvidó la ternura de regar el cariño que tantos depositaron a sus pies. Por último, usted podrá apagar la pantalla, pero en sus zurdas manos no tendrá el control.
Ahora, y después del 28 de mayo, si usted no rectifica, quedará corroborada aquella cauta expresión de Antonio Machado, el sevillano de exquisita prosa, según la cual la verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés.
Gracias.
5 comentarios:
El pequeño auditorio cambio drásticamente: donde aplausos y gritos de protestas por la posibilidad de cierre del canal R.C.T.V. eran los verdaderos protagonistas, segundos después fueron un coro de silencio ante estas certeras, reflexivas y valientes palabras hechas y dichas por ti este domingo 22 en la sede del C.N.P Lara, nadie dudaba de lo que ibas a decir, y no por que tu vida periodística ha dado muestra consecuente e inequívoca de un estilo y forma de ser, sino por la espontánea bienvenida que ese mismo publico hizo al escuchar tu nombre y verte caminar hacia el podium: Valiente, valiente, decían, y era de esperarse, 13 minutos después no cabía duda de ello. Excelente mensaje. Felicitaciones. Fritz Marquez
Excelentes palabras, muy apropiadas para el momento.
Luis Pernalete F.
Excelente tu discurso y también poder apreciar todo tu trabajo en internet. Te admiro.
Abraham Ocanto
Te recontra felicito!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Un abrazo! Macky Arenas
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